Recobrar el Territorio
Fuerteventura
2007
Todos sabemos el turismo que disfruta y padece España, fomentado, claro, por unas políticas que han hecho del ladrillo, el asfalto y la paella, un motor económico de dudosa sostenibilidad, y que ahora, en el 2009, podemos verificar su fracaso. En estos 5 últimos años, los alemanes han comprado un millón de propiedades en las costas e interiores de nuestro territorio.
«Calculando una media de ciento veinte o ciento cincuenta metros, alguno de ellos con terrenitos circundantes, podemos suponer que hay unos cuantos millones de metros cuadrados germánicos. Pero no es para preocuparse, no pasa nada, somos comunidad europea, y como europeos (económico) podemos vivir donde nos salga o donde el poder adquisitivo permita.
En Europa tenemos derecho a la libre circulación y residencia, pero también tenemos legislaciones donde se plantea, que ahora que somos una comunidad europea multicultural, debemos mantener y proteger las identidades nacionales y/o autonómicas. Es obvio que hay que defender la cultura y tradiciones propias, aunque convivan y se contaminen con otras, porque si no, nos vamos a convertir en una amalgama informe de individuos globales.
Entonces, como tantas veces, hay leyes que existen pero que no se cumplen. Para demostrar que no se cumplen hice este proyecto:
En el año 2007 me invitaron a Fuerteventura, una de las islas Canarias, a proponer un proyecto de intervención en el territorio, una revisión contemporánea de “landart”. Visité Fuerteventura previamente gracias a Google Earth, y me llamó la atención una carretera de 4 carriles que recorría 2.5 km en medio de unas dunas alucinantes, que me parecía una auténtica obra de “landart”, típicamente español. Entonces empecé a investigar y lo primero que me interesó fue el 40% de alemanes que allí residen o vacacionan. Visto de otra manera, que el 50% de la población con una identidad y una cultura propia, sean “camareros” (sector terciario)… Ser camarero no es malo, pero lo que puede ser peligroso es cuando casi todo el mundo es camarero, porque entonces apenas hay, pescadores, universitarios, agricultores, investigadores, etc. No hay diversificación del empleo, de la ocupación y en definitiva de muchos de los parámetros que configuran la sociedad civil. Todos los protocolos que se plantean la sostenibilidad social, dicen que hay que diversificar, que no puede haber una población totalmente homogeneizada, y ya no sólo en temas de cultura e identidad sino en la explotación de las capacidades económicas y laborales.
Lo segundo que descubrí fue una historia que no me era desconocida: un plan urbanístico con dos campos de golf, dos hoteles, etc. en un entorno natural protegido en vías de recalificación, … ¡Una barbaridad! que por una vez, se paralizó gracias a la presión y lucha de un grupo de ciudadanos activos. Esta carretera fantasma paralizada hacía ya 10 años, me recuerda uno de los problemas que hay en España en relación a los numerosos delitos urbanísticos cometidos en su territorio. Cuando se ha parado un proyecto de edificación, por presión política o social, se deja el esqueleto o la huella en el territorio porque nadie quiere asumir el coste de la demolición. En este caso, había dos kilómetros y medio de carretera, con su rotonda, arcenes, acerado, farolas y saneamiento, lo que se llama “urbanización previa a la construcción de la edificación”.
Para volver a sacar este problema olvidado, a la opinión pública y al debate de los Majoreros, se me ocurrió instalar dos carteles publicitarios de 8x3m con información falsa sobre un supuesto “PLAN DE RECUPERACIÓN DEL TERRITORIO MAJORERO y PROTECCIÓN ESPECIAL DE LA POBLACIÓN AUTÓCTONA”
El cartel tenía el antiguo escudo del cabildo de Fuerteventura, una imagen corporativa casi exacta a la oficial, pero todo era falso. Tome la precaución de hacer una valla publicitaria en alemán y otra en español. En sólo un día ya se comentaba en los bares cercanos “Van a demolerlo todo, han puesto los carteles y hemos visto muchos trabajadores”. Cosa que era mentira. Eso de los trabajadores me dio una clave; Pensé; “cuando pasé la gente por aquí pueden pensar que es verdad porque ven el cartel, el escudo, lo ven todo. Pero quizás dudasen de su ejecución”. Entonces, después de varios intentos por demolerlo yo mismo, localicé a un trabajador que tenía una obra cercana al Cotillo, donde yo me encontraba, y le pedí que viniese con su máquina excavadora. En menos de una hora el trabajador se pone a cortar la carretera sin ningún permiso. Yo estaba algo asustado, pero seguimos adelante. Una hora más tarde la carretera estaba cortada en 3 de sus 4 carriles. Puse balizas y conos recolectados en la calle para marcar la carretera en previsión de accidentes.
Era emocionante, porque, aunque con poco tráfico, los coches pasaban mientras este maravilloso personaje cortaba la carretera. Cuando acabó y pensando que todo aquello era legal, me dijo: “Bueno, le hago el recibo para que le pague el Cabildo, y le dejo mi teléfono para que me llame a si ver cuando continuamos la demolición.”
Cuando se hizo pública la acción, algunos cargos del Cabildo se enfadaron nombrándome, en algún caso de “Sinvergüenza” o “Terrorista”. El equipo que me invitó a este proyecto cultural y territorial, tenía complicidades con la plataforma activista que paralizaron las obras años atrás, así que las cosas salieron bien. Los cargos públicos molestos lo entendieron fácilmente: denunciarme porque yo había cortado (parcialmente) una carretera de propiedad pública, que es una acción ilegal, sería una estupidez, porque esa carretera no tenía que estar abierta al público, debido a que fue paralizada por un tribunal de justicia años atrás. Con lo cual el Cabildo tenía abierto al público una carretera ilegal, sin señalizar ni iluminar, y encima facilitando el acceso a playas protegidas del norte de Fuerteventura.
España es el país europeo que tiene más delitos urbanísticos en juicio. O sea, en el tribunal europeo tiene más de la mitad los casos en territorio español. En otras palabras, somos los más corruptos o los más tontos porque nos cogen. Curiosamente, la mayor parte de estos delitos urbanísticos no están denunciados por españoles, sino por diplomáticos retirados, abogados alemanes o ingleses aburridos que finalmente se han ido a Ibiza o al Levante hace ya diez años.
En este caso, ocurrió que dos alemanes que vivían allí, enviaron una carta a la embajada alemana en Madrid, denunciando al Cabildo de Fuerteventura por la supuesta aprobación de una ley que sólo permitiría que viviesen allí hasta un 30% de europeos no locales. Obviamente, fueron informados por su embajada, de la imposibilidad de la aplicación de esa supuesta ley, debido a que entraría en contradicción con el tratado de libre circulación por la comunidad europea, eso si, sin apuntar el daño irreparable que pueda cometerse en el territorio e identidad de las distintas naciones que la conforman.«
Santiago Cirugeda 2009.